"PIES SOBRE LAS MESAS. YA NO BASTA CON REPETIR Y VOMITAR". JESÚS HERNÁNDEZ

sábado, 5 de enero de 2013

La Coruña-2

Esas arenas movedizas me asustan porque se prestan a lo inesperado, ¡con lo segura que se está en la zona de confort! Todo lo que Mercedes me propone por teléfono me parece un poco disparatado, ¡dos horas y media de taller! ¡Pero si ya la ponencia de media hora me parecía una eternidad! 
Negociamos: 
Mercedes: "Tú intervienes 5 minutos y yo otros 5. Así en tres turnos, después empezamos la parte práctica".
Yo: "A mí déjame el papel serio, que yo no me manejo bien con las bromas".
Mercedes: "Te paso en un doc la propuesta de taller para que la vayamos perfilando".
Yo: "¿No será un poco pobre el producto final que pretendemos?"
Negociamos:
Bla, bla, bla, bla, ...

Muchos correos, muchas llamadas de teléfono. La profesora de La Coruña nos da libertad y todo tipo de facilidades. El taller va tomando forma, yo me voy tranquilizando porque sé que cuando haya que mover a las masas, Mercedes lo hará muy bien.
Mi papel es otro. Consiste en el contrapunto serio, ya lo he dicho, y en llevar trabajos de clase para guiar a los universitarios. Me centro en eso, digamos que estoy en zona conocida.
Decido utilizar cosas que ya tengo y empezar a hacer otras; el proyecto lo merece. 
Empiezo a estudiar a Gervasio Sánchez y sus fotografías, y me ilusiono ante el potencial que veo para trabajar en primaria. Supongo que transmito esa ilusión en clase, porque mis alumnos/as se entusiasman con el proyecto. He encontrado un apartado de publicidad creativa en la página del Cervantes que decido enseñar a mis alumnos/as para crear su imagen de la paz. Como mediadora que enseña caminos, no puedo pretender que sin más, diseñen un buen producto. Por eso, el trabajo final que presenté en la universidad va de consignas. La primera que les di es que tenían que jugar con la tipografía. "¿Y eso que es, Conchita?" Enseguida lo comprendieron con la visita a la página del Cervantes. "¡Vale, quiere decir que si en el slogan decimos date la vuelta, las letras también tienen que haberse dado la vuelta!" "¿Y cómo se hace eso?"
Yo ya había previsto la pregunta, y en casa había explorado posibilidades. Les dije que lo más sencillo era hacerlo con el programa Paint, que investigaran cómo. 
No he de deciros que lo averiguaron enseguida. Y de nuestras agendas van saliendo propuestas. Siempre que tenemos tiempo, agendamos en grupo. Porque suele pasar que a uno se le ocurre el slogan pero no sabe qué imagen iría bien, o al revés; si nos quedamos en blanco, siempre hay alguien que tira del grupo; una buena propuesta ha sido mejorada muchas veces con las aportaciones de los demás...las ventajas de crear en grupo son innumerables. A mí son esos momentos los que más me gustan de todo mi trabajo. 
Así que decidimos crear Ráfagas de paz en forma de carteles publicitarios. Yo les guiaba con las consignas, algunas las proponían ellos. Se trabajaron muchas competencias por el camino, y muchas emociones. La que más recuerdo es cuando versionábamos las fotos de Gervasio. Necesitaba a alguien muy moreno de piel para una de ellas. La clase propone a Andrés, que no sabe dónde meterse...
Andrés es un año mayor que todos porque ha repetido curso. Asiste a apoyo en PT tres veces a la semana, y tiene muchas dificultades de aprendizaje.
Hicimos la foto. Cuando monté el vídeo en casa me quedé impactada con el resultado de esa foto. Pero cuando se proyectó en el aula, todos los compañeros decían: "Andrés, pareces un modelo". Efectivamente, el resultado era espectacular, y Andrés había aumentado su autoestima en varios puntos, eso se notaba...
Andrés y foto de Gervasio

Todo esto viene a decir, como hace tiempo me enseñó alguien, que el proceso es mucho más importante que el resultado: las vivencias que tuvimos en ese proceso, en el que veíamos que iban saliendo cosas mucho mejores de lo que esperábamos, es el motor que hace que una maestra de tan largo recorrido, quiera seguir recorriendo camino con sus chicos, y que comprenda que es bueno entretenerse en el trayecto, y que este es mejor si tiene curvas, ¡huyamos de los caminos demasiado rectos, con rayas centrales pintadas  que me dicen que no puedo pasar al otro lado, con márgenes que me impiden bajar al campo...! ¡Huyamos de la uniformidad! 
Aviso: el secreto está en huir juntos, en vivir la experiencia en comunión, si se me permite la expresión. Eso llevamos a La Coruña, y así creo que se entendió.

viernes, 4 de enero de 2013

La Coruña-1

Me pide Mercedes que cuente sobre mi experiencia en La Coruña (4 de diciembre de 2012).
Supongo que quiere el antes, el durante y el después.
El antes.-
Cuando recibí un correo de Chema Aguilera diciéndonos a Mercedes, a Julita y a mí, que posiblemente se pondrían en contacto con nosotras desde la Universidad de La Coruña, me quedé muy tranquila sabiendo que si eso ocurría iba a contestar que sí. ¡A buenas horas un año antes, por ejemplo, iba a pensar eso! Mi pánico a hablar en público seguía intacto, pero había algo en esa posibilidad que me atraía...
Días después, efectivamente la profesora Mar Rodríguez se puso en contacto conmigo. Ni siquiera necesité saber que el tema de las Jornadas era espectacular, ¡la Paz, ni más ni menos!, para contestar afirmativamente.
Aquí empezó todo. Con Chema Aguilera en el cóctel ofrecido en la sede de la Academia del Cine. Septiembre de 2012.

He pensado después muchas veces en esa respuesta tan visceral, tan rápida...
Quizá fue porque era mi primera universidad, y me llamaban desde tan lejos... Quizá me animó el hecho de que esto era fuera de los circuitos comerciales, esos a donde siempre van los mismos/as a decir las mismas cosas. Y como una es tangencial más bien, me encontré de repente cómoda en esa situación.
Influyó también el ego. Ese que sube como la espuma cuando los demás valoran tu trabajo y quieren que lo cuentes en una universidad! Ahora que enseguida se me bajaron los humos, ¿qué por qué habían contado conmigo? Muy fácil, a través de Mercedes. Ella nos situó en el ojo del huracán en septiembre cuando fuimos  al espacio de Telefónica para hablar de la Formación del Futuro Espectador.

En el espacio de Telefónica. Septiembre de 2012.

Quizás pensaron que las tres íbamos en el mismo paquete...Pensar eso me ayudó mucho a poner las cosas en su lugar. Reflexioné: "Vamos a ver...no me llaman por mi trabajo, que seguramente no conocen; creo que lo único que puedo hacer es preparar lo mejor que pueda esa ponencia para no defraudar demasiado".
Yo tengo mucha suerte con los alumnos/as que me tocan, lo digo siempre. Si no hubieran estado ellos/as detrás, no me hubiera sentido capaz. Pero yo sabía que en cuanto llegara a clase y les planteara la situación, sacaríamos las agendas y, con unas pequeñas directrices que siempre hay que darles, llegaríamos a diseñar actividades, no sé si buenas o malas, pero que disfrutaríamos mucho. Y ¿sabéis qué? eso, el disfrutarlas, y el informarse todo lo posible, son las dos premisas fundamentales para que un trabajo sea excelente.
Así pues, quedé tranquila; mis alumnos/as me salvarían, como tantas otras veces...
Pero...siempre se me olvida que Mercedes puede dar la vuelta a tus mejores planes con una llamada de teléfono: ¡ella es una especialista en sacarme de mi zona de confort!
Efectivamente, me llamó. Me decía que le habían propuesto, además de su conferencia plenaria por la tarde, impartir un taller por la mañana en la Facultad de Educación a los estudiantes y profesores. No recuerdo bien ese detalle, pero creo que había contestado que lo tenía que hacer conmigo. Digo que no recuerdo si lo consultó conmigo antes o ya lo había confirmado sin consulta previa.
El caso es que yo a casi nada le puedo decir que no; me saca de mi zona segura cada dos por tres, y eso no se paga con nada. Le dije que sí, sabiendo que esos terrenos eran para mí arenas movedizas.