"PIES SOBRE LAS MESAS. YA NO BASTA CON REPETIR Y VOMITAR". JESÚS HERNÁNDEZ

martes, 26 de enero de 2016

Reflexiones sobre algunos "pagos diferidos"

(Escrito por encargo, con la ilusión de que esa tesis vea alguna vez la luz. Gracias, Mercedes).

Me acabo de dar cuenta de que yo siempre quise ser de mayor Don Manuel Bernabé. A ello dediqué mis estudios y mis 40 años de docencia. Que haya tenido que pasar tanto tiempo para interiorizarlo, es una pena. Quizás conscientemente lo hubiera hecho todo mejor desde el principio...

"En el principio de los tiempos"... (como diría Manolito Gafotas, y con él todo el alumnado a quien he leído sus libros a través de los años), érase una niña tímida y callada que no quería ir a la nueva escuela que acababan de abrir en su misma calle dos maestros represaliados de la Guerra Civil. Se llamaba LA ACADEMIA y era privada por las razones arriba expuestas. El primer día yo lloraba y me negaba a salir de casa... Entonces Don Manuel, que pasaba por la acera de enfrente, se acercó y me cogió de la mano. Él fue mi maestro durante varios años, y tal parece que mi modelo a seguir. 
Era en el buen sentido de la palabra, bueno.

Foto aparecida en el diario Información. Don Manuel es el adulto de la derecha según miramos.
Yo le quería con devoción, nunca hubiera hecho nada que le desagradara, y aprendía todo lo que me enseñaba para no defraudarle, si bien las matemáticas me daban algún que otro dolor de cabeza.
Jamás me castigó, no gritaba nunca, pero tenía una especie de aura o autoridad moral que hacía que todos bajáramos la voz para oí lo que nos tenía que decir. Si lo decía Don Manuel, debía de ser importante. Esta expresión me la ha devuelto literalmente una alumna mía después de los años, refiriéndose a la lectura.
Vean lo que escribió en Facebook...
LUCÍA: La Seño Conchita nos leía cuentos, relatos, libros...¡en clase!Así es, este gesto, que pudo pasar desapercibido, aún más en aquellos años en que la metodología docente andaba por otros derroteros (cosa que comprendí mucho tiempo después), fue muy revelador, al menos, para una niña. Me sentí sorprendida cuando Conchita nos explicó que todos los días, y durante los dos cursos que fuese nuestra Seño, nos leería durante los diez, quince primeros minutos de su clase. Después de la sorpresa, la reflexión: “ Si lo hace la Seño, tiene que ser importante...”. ¡Y tanto que lo fue!
Significativamente, el único castigo que recibí en esa Academia, vino de parte del cura del pueblo, que venía a enseñarnos Religión. Ya he hablado de cómo me tuvo de rodillas, con las manos debajo de ellas, cuando yo no tendría más de 10 años. Ha habido una fisura en mi interior, religiosamente hablando, desde entonces. He buscado fotos para ilustrar lo que les digo, no las he encontrado, así que les dejo la mía de aquella época, en aquella academia, con 10 años, donde se me castigó por hablar...


Una a lo largo de la vida va recibiendo inputs de diversa procedencia e importancia. Recuerdo que un duro profesor de física del instituto le decía a mi madre: "Prefiero ser un hueso para mis alumnos. Lo importante no es que te quieran, sino que aprendan".

En mi vida docente, durante un tiempo, puse esos dos razonamientos o formas de enfocar el hecho de enseñar en una balanza. Pero yo ya tenía el germen dentro, la semilla de Don Manuel había calado muy hondo. Además, estaba más acorde con mi carácter no gritar y querer a mis alumnos. Sí, me atrevo a poner la palabra QUERER, ese es el quid de la cuestión. Si no los quieres lo suficiente como para que aprendan y sean lo mejor que cada uno pueda llegar a ser, ¿qué sentido tiene lo que estás haciendo?
He hablado muchas veces de cómo los alumnos perciben eso. No los subestimemos, lo saben. Si fingimos, lo saben. Comprenden enseguida cuándo te va la vida en que aprendan, en abrirles el mundo, en hacerles tolerantes y respetuosos como tú procuras ser con ellos, y entonces... ¡NO HAY MÁS SECRETOS! Cada uno a su ritmo, cada cual con sus potencialidades, irá más tarde o más temprano recogiendo lo que tú siembras.

Y, desde luego, esto es como un boomerang, tú también recoges más tarde o más temprano lo que has sembrado.
Todo esto viene a cuento de que últimamente he venido recibiendo diferentes notificaciones de antiguos alumnos a través de Facebook. Como en un efecto dominó, las palabras de uno hacían venir las de otro, y me he encontrado en casa, ya jubilada, con unos pagos diferidos muy, pero que muy emotivos.
Que si Salvador me pide para un trabajo universitario la dedicatoria que les ponía en los libros que se compraban:
SALVADOR: Hola Conchita.
Soy Salvador, espero que me recuerdes, fui alumno tuyo en quinto de EGB en Jacarilla... Te envío este mensaje para ver si me podrías recordar una dedicatoria que nos leíste en clase y que me anotaste en un libro que no encuentro...  Empezaba asi: "Leer un libro es encontrar un poco de ti mismo en el relato, es pasar mil horas en un rato..."  o algo parecido... Eso es lo que recuerdo y me gustaría tenerla entera para utilizarla en un trabajo que tengo que hacer para la universidad..
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Que si Aroa y Marta apoyaban a Lucía dando títulos incluso de lo que leían ahora a sus alumnos:
AROA: Todos recordamos a la Seño Conchita con una sonrisa en la boca. Y yo, en mi trabajo, la tengo muy presente en muchas cosas, sobre todo cuando abro mis libros, que guardo como un tesoro, "Cuentos por teléfono " y la "Oca loca" y les leo a mis alumn@s. Gracias Conchita.
MARTA:  Aiiiis como se echan de menos esas mañanas con Charlie y la fábrica de chocolate o Matilda. Gracias Conchita!!!!
 
Que si Lourdes desde Madrid decía:
LOURDES: ¡Qué de recuerdos! He suspirado varias veces al leerlo. Decir gracias se queda corto. No te imaginas lo que significas para muchos de nosotros, Seño Conchita.

Que si Belén me escribe desde Valencia diciéndome que en su mesa de estudio tiene los recuerdos de Blogmaníacos...
BELÉN:  No sé cómo contactar contigo, lo hago por aquí, no tengo tu número, ni el correo.. nada, ¡menos mal que nos quedan las redes sociales! Hoy es 17 de Noviembre, sí, no se me olvida el día, tu cumpleaños. ¡¡Felicidades!! Espero que este año haya sido el inicio de una maravillosa nueva etapa.
Aunque parezca mentira, tengo muy muy grabados muchísimos momentos de mi feliz infancia junto a la mejor profesora que jamás he tenido y mira que he avanzado. De verdad que no se me van a olvidar nunca todos esos momentos en los que disfruté y aprendí como buena niña que era. Tantos y tantos momentos de los que todavía guardo detalles como mi hoja de enlaces de los relojes o la preciada peonza de madera que nos regaló Nautilus al ganar nuestro primer premio de edublogs. Mira si les tengo cariño que me acompañan allá donde voy. Ahora mismo ando por Valencia, y en la mesa de mi escritorio está presente blogmaniacos. Sobre mí, no se si estarás informada, al final no pude entrar a medicina pero tuve la gran suerte de poder estudiar un doble grado de fisioterapia y enfermería aquí en Valencia y por ahora esto es a lo que me quiero dedicar, me encanta sobre todo fisioterapia. Esto es todo, feliz cumpleaños de nuevo, un beso enorme, ¡¡cuídate super profe!!
YO: Afortunadamente para mí, veo que no olvidas tu paso por Blogmaníacos, no sabes lo feliz que me hace eso. Trabajé mucho y renuncié a muchas otras cosas por ese proyecto; palabras como las tuyas me indican que no fue en vano. Te has criado oyendo hablar de la educación pública, conozco a tus padres y lo sé. Poner en marcha Blogmaníacos era para mí hacer visible lo invisible, la escuela rural y compensadora de desigualdades a la que todos teníamos derecho y que tan vapuleada estaba y está. En ese momento no lo viviste así, eras muy pequeña, pero ahora sé que lo entiendes. Los ideales son importantes, y si has encontrado un trabajo que te gustará hacer en el futuro, como parece que es el caso, verás que podrás hacerlos realidad en cuanto te lo propongas. Yo tuve durante 40 años el mejor material posible, un alumnado que me enseñaba cada día la vía de mi realización y de la suya propia. He sido muy feliz en mi profesión y recibir mensajes como el tuyo me llena de satisfacción, ¡para qué nos vamos a engañar! Dejando aparte todo eso, haberte encontrado en el camino ha sido uno de los mayores regalos de mi vida, ¡inventé contigo la profesión de "secretaria de la seño"! ¡Nunca he tenido una mejor, te lo aseguro!
¡Te deseo mucha suerte en tus estudios que acabas de empezar, entrégate a ellos con pasión, esa es la única manera de hacerlo bien!
¡¡Y cuídate, super alumna!! 

 
Esto de Facebook es lo que tiene, que con los de Jacarilla se cruza la gente de Benejúzar, mi pueblo y donde empecé a trabajar, y yo... recuerdo a Don Manuel, que no sé si supo alguna vez de mi adoración por él, que no ha tenido la suerte de reencontrarse con su antiguo alumnado en las redes sociales, pero que seguro disfrutó en su momento de su trabajo tanto como yo he disfrutado con el mío, gracias a él fundamentalmente. Porque podía haber sido un hombre amargado al que los ganadores no le dejaron ejercer su profesión públicamente, pero eligió disfrutarlo y hacerlo disfrutar. Esa fue una lección para mí que no tuvo precio, y yo era muy pequeña y lo entendí, ¿por qué vamos a presuponer que nuestros alumnos no se enteran de ese tipo de cosas? Ya lo he dicho, no se puede fingir lo que no se tiene, y si no se tienen los ideales y las ganas necesarias de llevarlos a cabo, mejor dejémoslo y no trabajemos con material tan delicado.

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