"PIES SOBRE LAS MESAS. YA NO BASTA CON REPETIR Y VOMITAR". JESÚS HERNÁNDEZ

miércoles, 12 de julio de 2023

El cartel de #LaContadoraDePeliculas

 Me ha llegado el cartel de La contadora de películas, un film basado en la novela del Premio Nacional de Literatura, Hernán Rivera Letelier, que acabé de leer hace unos días. La película se estrenará el 3 de noviembre de este año.

Me emocionó y me gustó mucho el libro, y ahora me pasa lo mismo con el cartel; les voy a explicar el porqué.

Resulta que cuando yo era pequeña tuve mi Cinema Paradiso y mi contador de películas personal. Entonces no existía internet y, en un pueblo insignificante, el cine era la mayor diversión.

Todos los domingos íbamos al cine mi padre, mi madre y yo (no hubo hermanos). Estaba situado en la parte baja del pueblo, con lo que la ida era llevadera, pero cuando terminaban las películas (sí, entonces eran dos) había que subir hasta mi casa, y yo tenía cinco o seis años nada más, y estaba cansada, y mimada... y mi padre siempre terminaba tomándome en brazos, diciéndole a mi madre (mucho más recta): "es que la chica está cojica".

Siempre mi padre y sus dotes para fabular...

Las películas sin él nunca fueron ya lo mismo. En aquel tiempo él era mi referencia para todo. Contaba, cuando ya era mayor, que mi curiosidad ante el cine era insaciable y que le daba codazos para que contestara mis preguntas, que se oían en el silencio de la sala y de las que se acordaba perfectamente.

Decía que mi pregunta preferida era: "¿Ese es bueno o malo?"

Yo recuerdo que sus respuestas eran crípticas; "A veces bueno, a veces malo" o "Depende" o "Ahora, bueno". 

Son preguntas que sigo haciéndome ahora sobre la gente y ... ¡cómo entiendo las respuestas de mi padre!

Nuestro género preferido era el de romanos, ¡cómo disfruté con Benhur, Cleopatra o Espartaco! Nos sabíamos trozos de diálogos de memoria; las escenas de la serpiente en Cleopatra, la de los leprosos en Benhur o la final de Espartaco quedarán para siempre en mis retinas.

Pero vamos al CARTEL..

Me ha emocionado profundamente porque, como este, el cine de mi pueblo también estaba iluminado así; destacaba entre todos los edificios porque esa era la intención, era nuestro Faro de Alejandría.

Mi padre, mi madre y yo, podríamos haber sido perfectamente ese matrimonio e hija que se ve en el cartel, con esa cara y ropas de domingo, con esa ilusión por explorar lo que en ese templo del celuloide se nos tiene preparado...



Nosotros no vivíamos en un pueblo minero del desierto de Atacama (Chile), sino en un secarral de pueblo español con muy pocos recursos y mucha ilusión por derrochar. Mi padre era generoso, me la daba a raudales, y yo nunca le agradeceré bastante aquella paciencia ante mis codazos, mis preguntas, mi curiosidad de niña pequeña a la que parece que no le bastaba con lo que había en la realidad. 
Mi padre hizo que las películas cobraran una dimensión universal, daba con ellas explicación a todas las cuestiones de la vida, cuestiones que yo he insistido en buscar después en los libros, pero...
... en un principio fue el cine, luego vino todo lo demás: los libros, la universidad, la vida (pálido reflejo de la gran pantalla).

Todo esto me ha traído el CARTEL...
... ¿y a ustedes? ¿Les recuerda su niñez, su adolescencia (ese sería todo un capítulo aparte)? 
¿En su madurez, el cine les sigue atrapando con la misma garra?
Les escucho...

domingo, 25 de junio de 2023

10 razones para leer #lacontadoradepeliculas


Se estrena pronto el film "La contadora de películas" basado en la novela homónima del Premio Nacional de Literatura chileno Hernán Rivera Letelier.

Se me pide que dé razones a los docentes para leerla este verano. Aquí van mis 10 razones.

 Leerla para...

SONREIR: "como en casa el dinero andaba a caballo y nosotros a pie..."

ASUMIR LA PROPIA IDENTIDAD: "en la familia éramos cinco hermanos. Cuatro hombres y yo [...]Andaba a pata pelada todo el santo día, fumaba a escondidas [...] y hasta había aprendido a mear parada. Se mea parada, se orina acuclillada [...]. Me costó lo mío acostumbrarme a orinar como las señoritas. Me costó más que aprender a leer."

OLVIDARSE EN EL TIEMPO, PERDERSE EN LA AVENTURA: "Mis hermanos imitaban a la perfección el caminar arqueado y la mirada oblicua de John Wayne, el rictus despectivo de Humphrey Bogart [...]. Yo los mataba de risa al tratar de batir las pestañas a lo Marilyn Monroe, o de imitar los mohines inocentes -voluptuosamente inocentes- de Brigitte Bardot."

ENVOLVERSE EN LA MAGIA DE LAS PALABRAS: "El atardecer era para mí la hora más bonita de la pampa. Los últimos rayos del sol pintaban de oro el óxido de las calaminas y los colores del crepúsculo hacían juego con los pañuelos de seda que usaba mi madre. Ella adoraba los pañuelos de seda."

ACCEDER A MUNDOS IMAGINARIOS: "A mí, la nave del cine en penumbra me causaba fascinación; me parecía una especie de caverna misteriosa secreta, siempre inexplorada. Al atravesar las pesadas cortinas de terciopelo me daba la ilusión de pasar del crudo mundo real a un maravilloso mundo mágico."

TOMAR CONCIENCIA SOCIAL: "Las casas del campamento, como todas las salitreras de la pampa, definían perfectamente las tres clases sociales imperantes: las casas de calamina de los obreros, las casas de adobe de los empleados y los lujosos chaleses de los gringos."

VIAJAR AL INTERIOR DE UNO MISMO: "Al final pasé a llamarme María Margarita, nombre que a mí, la verdad, nunca me gustó mucho: me sonaba a mansedumbre, a conformidad, a madre sumisa."

ABANDONARSE A LOS RÍTMOS: "Solía ocurrir que al Cojo Peliculero, como le decían al operador, se le confundieran los rollos [...] y viéramos el final por la mitad de la película. O el principio al final. O el medio al principio. Entonces todo se volvía una majamama y nadie entendía un carajo."

ENFRENTARSE A LOS MIEDOS: "... esos niños licenciosos [...] que iban al cine no a ver la película, sino a atracarle el bote a las niñas. [...] Una vez un barrabás de los más grandes, le sacó los calzones rosados a una niña, los hizo girar triunfalmente por sobre las cabezas y los lanzó al aire, y como la película estaba aburridísima, los espectadores, con gran alborozo, comenzaron a lanzárselos unos a otros. Yo no me dejaba. Aunque dijeran que me hacía la mosquita muerta [...] pero al cine yo iba a ver la película."

ACEPTAR LAS DIFERENCIAS PERSONALES: "Como pasaba con la mayoría de las niñas pampinas, aunque recién iba a cumplir los once años, tenía un cuerpo demasiado desarrollado para mi edad. Algunos hombres decían, con un brillo lúbrico en la mirada, que lo que hacía madurar antes de tiempo a las niñas pampinas era el salitre, no en vano era elogiado en todas las latitudes como el mejor abono natural del mundo."


... porque, ya saben, "estamos hechos del mismo material de los sueños" según Shakespeare en La tempestad, pero según Hada del cine, la protagonista de nuestra novela: "estamos hechos del mismo material que las películas".

¡Buen verano! ¡Felices lecturas!

miércoles, 19 de abril de 2023

¿Quién eres?

 ¿Quién eres?

- Estoy solo, quiero estar solo, busco la soledad y ella me encuentra. No quiero a nadie en mi rincón; lo estropearía todo, aunque fuese una mujer tan hermosa como tú.




- No he venido a acompañarte, soy yo la que necesita compañía; la de cualquiera, bien me podías servir tú.

-No voy a entablar una conversación contigo, así que ahórrate los trucos que tengas preparados. Estás sola, como yo, ¿y qué? FIN.

- Necesito el contacto con la gente, de hecho voy a casarme para estar segura de no encontrarme sola nunca más.

-....

- ¿No te parece un buen motivo para una boda?

-...

- No creas que me caso solo por eso. De hecho, he venido a este parque para repasar y afianzar mis otros motivos. Para decirlos en voz alta y observar la reacción de la otra persona.

-...

- Verás... está esa cosa de formar una familia. Yo soy yo y mis circunstancias, ¿qué sentido tiene que pase sola el resto de mis días? 

Ya, ya sé que me vas a decir que están los amigos, los amantes... que no es necesario atarse de esta manera a nadie, pero es que yo eso lo veo muy en el aire. Un contrato es un contrato, da entidad a la pareja, cuesta más romperlo, que ahora la gente rompe por nada, y yo no soy así, necesito un compañero de vida en el que apoyarme. No es que sea débil, tengo mi trabajo y mi futuro hecho, pero... ¿y el romanticismo? ¿Y ese alguien que te valora por encima de todas las demás? Para una vez que lo he encontrado, ¿no crees que debería aprovecharlo?

-...

-¡Eres imposible! ¿Crees que no sé que desprecias mis motivos? ¿Qué pasa, que tu madre se casó con tu padre por motivos más puros? Dime cuáles, de verdad que no encuentro otros...

-...

- No me vas a ayudar, eh? Vas a dejar que cometa este error yo solita, porque tú crees que es un error, ¿a que sí? Te lo veo en los ojos, me miras con lástima; no, con condescendencia. Crees que necesito que me valoren para saber que valgo y estar rodeada de gente porque sé que estoy sola. Tú eres un purista, todo negro o todo blanco, pero yo me muevo en las zonas oscuras y ¡¡necesito un marido que me saque de ellas!! Es lo más parecido que encuentro a un amante, a un psiquiatra, a un sacerdote...

-...



- Pues tu cara no me ofrece ninguna reacción, estás dejando que tome la decisión yo sola. Seguro que quieres que vuelva a mi casa, me quite este vestido y me vaya por ahí a encontrarme a mí misma. Es que los hombres sois así, egoístas por naturaleza, alaa, sin pensar en nadie, primero vuestras necesidades y segundo ¡vuestras necesidades!

-...

-No me debo casar, ¿verdad? A ti te va bien así. Eres libre estando contigo mismo.

-...

-¿Y si no logro llenar yo sola ese vacío que tengo dentro? Yo soy muy poco interesante, ¿sabes? ¿De qué voy a hablar conmigo misma? ¿Y si descubro, una detrás de otra, todas las cosas de mí que no me gustan? ¿Cómo voy a lidiar con eso? Si convivo, hablo, discuto o hago el amor con mi marido, doy largas al monstruo que llevo dentro.
¿A ti no te devora? ¿Cómo lo haces callar?

-... 
-...

- ... Ya veo..., te devora, te da dentelladas, zarpazos..., pero no quieres que nadie esté presente y vea tu derrota; eres un cobarde.

-...

-Sea cuál sea mi decisión, nunca la sabrás; hay otras formas de cobardía que yo aún no había contemplado. Estoy sola como tú, ¿y qué? FIN.



miércoles, 18 de enero de 2023

Las paredes hablan

 Si yo pudiera contar...

Si supiera...

Si me atreviera...

Si fuera Annie Ernaux , la última premio Nobel, contando, como ella en La mujer helada, mi vida de amante esposa y madre...

Pero... paremos un momento en esto último. Hagamos un poco de arqueología personal:

Cuando le conté a mi chico preferido del instituto que iba a hacer magisterio, también me dijo  : Un trabajo excelente "para una mujer", dieciocho horas de clase, el resto del tiempo en casa, un montón de vacaciones para ocuparse de los niños, todo un sueño, en definitiva un trabajo perfectamente indoloro para el entorno, mujer "realizada" que aporta dinero, sin dejar de ser una buena esposa y una buena madre, quién iba a quejarse.

Bueno, las palabras no fueron tan bonitas, pero recuerdo oírle decir que era el perfecto trabajo para una mujer. Estábamos a finales de los años 70. Lo digo por situarles.

En los 80, llegaron mi marido y mi primer hijo, y hoy, leyendo a la Ernaux me abofetea esta frase: La vida debía de ser aquello. Tenía veintiocho años.

Justo lo que yo sentí; un desencanto tan grande que derivó en un profunda depresión de la que me costó mucho salir.

Entonces yo no tenía .y ahora, tampoco- la facilidad de expresión de la escritora cuando dice: Lo conseguí y dar clase de lengua francesa a tres grupos y la compra y las comidas y coser cremalleras y comprarles zapatos a mis dos hijos. Qué hay de extraordinario en ello puesto que él (se refiere a su marido) me convence siempre, soy una privilegiada, tengo niñera cuatro días y medio a la semana... Entonces, qué hombre no es un privilegiado, con su mujer de la limpieza preferida siete días a la semana.

Con el tiempo, es lógico creer que las cosas han mejorado, y espero que sea así en muchos casos (yo

adoctriné e hice todas las huelgas y microfeminismos posibles), pero no puedo dejar de pensar, ahora que las paredes hablan, que me sentí y me siento como el niño yuntero de Miguel Hernández, como si las mujeres hubiéramos nacido con el cuello perseguido por el yugo para el cuello.

Que, como el toro, hemos nacido para el luto...

Mural 119


Que tengo que apartar la tierra cada día a dentelladas secas y calientes.


Pero no se confundan, como el toro nos crecemos en el castigo, y no vamos a consentir, por ejemplo, que los dictadores de turno nos digan cuándo debemos escuchar el latido fetal si decidimos abortar. Pasos atrás, ni uno. Porque para la libertad sangramos, luchamos y pervivimos, porque a fuerza de golpes, fuertes, mal que les pese.

Mural 85



Quizá les fueran de ayuda las paredes que hablan en Orihuela, en el barrio de San Isidro, el más pobre de la zona, donde artistas profesionales y amateurs plasmaron sus obras en 140 fachadas en honor a Miguel Hernández. Hoy es posible visitar este museo al aire libre, ampliado cada año, donde priman los murales con versos del poeta acompañados de ilustraciones al pie de la sierra de Orihuela.

Aquí les dejo algunos ejemplos:

“Nunca pierdas tu libertad”

2013

Entre la C/ Sauce y C/ San Isidro Labrador

Nunca pierdas tu libertad se representa con un retrato en blanco y negro cuyo intensos y bellos ojos hablan de la determinación de romper las cadenas, que metafóricamente crecen entre su denso cabello. Este mural es un canto a la libertad que ofrece León, grafitero oriolano de gran prestigio.

Mural 87


Mural 168




Mural 47


Como ven, a mí cada día me hablan estas paredes...


Dejadme la esperanza.



jueves, 17 de febrero de 2022

Mi patio de recreo

Esto es echar mucho la vista atrás, porque mi primer patio de recreo, el primero que yo recuerdo por lo menos, no era el de una escuela, era el de una casa de planta baja que habían alquilado mis dos maestros. Instalaron allí lo que pomposamente se llamó “Academia Esteve”, única manera que encontraron de trabajar al ser depurados por la guerra civil.

Era, como digo, una casa familiar, pero tenía al entrar una estancia bastante grande. Allí, sin división física alguna, recibíamos clase todos: a la derecha estudiábamos los pequeños, y a la izquierda, los mayores. Detrás había un patio y al fondo dos pequeñas habitaciones y un aseo. Eso era todo.

Cómo esos dos profesores lograban enseñar algo en ese babel que era la clase, es todavía un misterio para mí; quizá ahí empezó mi respeto por la profesión.



Esa indivisión, ese maremágnum de edades, sexo, altura y procedencia social, se reflejaba también en la hora del recreo.

Salíamos, todos a la vez, a lo que era el patio de la casa. Quizá fuera más grande que los patios al uso de la época, pero desde luego era insuficiente para albergar a todos los estudiantes.

Yo era de los pequeños, además siempre he sido (y sigo siendo) muy bajita para mi edad, así que me sentía como Gulliver en el país de Brobdingnag. 

No recuerdo haberlo pasado especialmente mal, solo recuerdo:

que el suelo era de cemento, 

que no había ni un solo árbol, 

que ningún juego estaba pintado en el piso, 

que el aseo estaba muy sucio, 

que todo el mundo era muy alto,

que el ruido era ensordecedor,

que yo me quería ir a mi casa,

que era más seguro sentarse en un rincón y no moverse de allí,

que a pesar de todo sobreviví,

que incluso llegó a gustarme la escuela,

que incluso me dediqué profesionalmente a ella, 

y que había un “culpable” de esto último: uno de mis maestros, 

que era todo bondad,

que quería a sus alumnos,

que tenía como meta en la vida que aprendieran, 

porque este maestro depurado sabía del valor liberador que puede tener la palabra,

porque sin conocer a Rodari puso en práctica su más famosa consigna:

"El uso total de la palabra para todos” me parece un buen lema, de bello sonido democrático. No para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo. (Gianni Rodari en Gramática de la fantasía).


lunes, 27 de julio de 2020

Fifí y Julia #LaBodaDeRosa

Eran las pequeñas de siete hermanos. La primera se llamaba Trinidad, dicen que el nombre de Fifí se lo puso Julia, en referencia a "la moda de París" que seguramente escucharían por la radio de entonces. La segunda es mi madre, la menor de todos, la que escuchaba de su madre cuando la acusaba de quererla menos que a los demás: "¿Qué dedo de la mano me cortaré que no me duela?"
Ser la pequeña debió de hacerla muy fuerte, o ya nació así, ¡vete a saber! El caso es que cuando mi padre fue a "pedir a la hija", mi abuelo le contestó que eso era porque no sabía el genio que se gastaba.

Hoy escribo sobre ellas porque las he tenido muy presentes al ver la película "La boda de Rosa" de Icíar Bollaín, que abrirá este año el festival de cine de Málaga.

Entre las dos montaron un taller de costura que llegó a ser importante en el pequeño pueblo en que vivían y alrededores. La mente creativa era Fifí, la mayor de las dos; mi madre era la que mantenía los pies en la tierra, se encargaba de pelear con las chicas del taller, las clientas y los números, aunque también era modista, y lo siguió siendo toda su vida, aun cuando dejó el taller al casarse.

Yo la recuerdo de pequeña siempre con la aguja y el flexo. Cuando fui creciendo empecé a ayudarla porque siempre había prisa y plazos de entrega. Coser bajo presión puede llegar a ser muy estresante. Por eso nunca quise aprender a coser a máquina, ahí estuvo mi límite. Pensé que si consentía en eso mi destino estaría sellado. Y yo amaba los libros por encima de todo. Quería dedicarme a algo donde siempre estuvieran presentes. Mi padre tuvo la culpa de esto último, me contaba unos cuentos arrebatadores que luego busqué en los libros... Pero eso es otra historia, que además he contado más de una vez.

Ahora, echando la vista atrás, pienso que a mi madre debió de dolerle que yo despreciara de aquella manera su trabajo. Entiéndanme, ella quería que estudiara y no llevara la vida tan sacrificada que ella tenía, pero supongo que le hubiera gustado que valorara más lo que ella hacía.

Ahora, que tan de moda están los Talleres de Costura Creativa, me acuerdo mucho de ellas, y cuando he visto en la película las perchas con toda esa ropa, las estanterías con las cajas de botones, los maniquíes, el vestido de novia de Rosa... me han venido los recuerdos como un torrente.
Mi madre diciéndome: "Deja de ayudarme que ya sigo yo, tú estudia para que vivas como una señorita". En aquella época, que tu hija llegara a ser maestra era como una demostración de que se podía subir de escala social. Tener una "paga del gobierno" era para ella lo mejor a lo que podía aspirar su hija, vista la inestabilidad de su vida laboral (y la de mi padre, ya que estamos).


Esto, en teoría, es una bonita historia con un final feliz, pero cuando mi padre le soltaba a veces; "¡Si vives como una marquesa...!", ella contestaba: "¡Pues sí que han venido a menos las marquesas!" Todos los días me viene a la mente esta frase. He vivido con un nivel económico superior al de mis padres, con un trabajo más leve, pero ¡el nivel de marquesa ni lo he rozado! 
Porque... soy mujer, soy una Rosa sin hermanos, pero con marido e hijos, porque he trabajado fuera de casa, dentro de casa y en los aledaños de casa. Porque estiran de mí en varias direcciones y con distintas intensidades todos los días, porque todavía me siento culpable si pienso que un día no he sido bastante productiva, porque soy incapaz de estar sentada mano sobre mano sin hacer nada. Porque para ayudar a Mercedes (@londones) a hacer la tesis sobre Blogmaníacos, hemos estado varias veces a punto de rendirnos por falta de tiempo personal, de mismidad. Porque soltarnos el sujetador y casi casarnos "estilo Rosa", nos costó muchas miradas condescendientes.

No sé si me volvería a casar como ha hecho Rosa (aunque confieso que me lo he planteado después de ver la película), lo que sí me ha hecho comprender Icíar con este film es la justificación de lo que estoy haciendo últimamente. ¡Señoras y señores, hace más de un año que no paro de bordar y últimamente hasta coser (a mano, eso sí)! Pienso que en cierto modo, para desagraviar a mi madre y a mi tía Fifí, para demostrarles que respeto lo que hicieron, que las admiro, que intento ser creativa como ellas,... Pero también para indicar en mi casa que respeten ese espacio que he decidido asumir, que bordo o coso porque quiero mismidad, que durante ese tiempo no soy "Rosa", no estoy disponible, no deben contar conmigo. 
¿Es la costura, el bordado en mi caso, un cortafuegos emocional? El caso es que me relaja, me enorgullece como hija, sobrina y nieta de modistas, e hizo que la película me llegara muy adentro. 
Por ser de mujeres, por ser de mujer modista, por ser de mujer necesitada de mismidad desesperadamente, como todas nosotras... ¡Ahí es nada lo que nos plantea Icíar! No se la pierdan, de verdad, de lo mejorcito que ha hecho.


PD: Como todo buen post debe ilustrarse con imágenes, aquí les dejo algunas de lo que he hecho últimamente, para que no piensen que es postureo todo lo que les he contado...








martes, 4 de febrero de 2020

"Brain Matters" #ECD, la mirada de una maestra

Alguien me recordó que faltaba mi visión de maestra en el análisis sobre Brain Matters que hice en el post anterior, así que me pongo a ello...

Brain Matters me hizo reflexionar sobre mi trabajo como maestra durante 40 años. Conecté con su mensaje en la parte en la que incide sobre el lenguaje, herramienta básica para desarrollar el cerebro de los 0 a los 3 años. Y siempre... añadiría yo.

Después de analizarlo estos días he constatado que, básicamente, intenté conseguir dos objetivos:
1.- Darles una herramienta con la que "defenderse" en la vida, como decía mi madre.
2.- Intentar hacerlos mejores personas.

OBJETIVO 1
Pronto razoné que la herramienta no podía ser otra que el lenguaje. Era la llave para todas las otras puertas, para acceder a todas las informaciones, para tener ideas propias, para evitar la manipulación, para disfrutar de la belleza estética... 

Por eso les leía todos los días, una media de 20 o 30 minutos, unos momentos diarios gozosos que disfrutábamos mucho. Si al final no se aficionaban a la lectura, al menos habrían oído muuuchas palabras, el lenguaje les habría sido dado, eso "ya se lo llevaban puesto"...

Por eso explorábamos todos los lenguajes, como explico en este hilo https://twitter.com/blogmaniacos/status/1221178426435960835

porque es necesario ser competente en el lenguaje de la publicidad, de la poesía, de la fotografía, de la política, de la democracia...

Con esta herramienta yo quería abrir mentes, derribar fundamentalismos, despertar solidaridades... Así que, en realidad, el objetivo 1 y el 2 se solapan, porque...

OBJETIVO 2
Teníamos una máxima con la que yo entendía que podíamos ser mejores personas. Era la siguiente:
"Hagas lo que hagas en cada momento, intenta hacerlo lo mejor posible". Poníamos el acento en "intentarlo", no pasaba nada si no lo conseguíamos, tampoco quería formar personas frustradas, pero el compromiso debía ser serio.
Esto funcionó a muchos niveles, y nos hacía replantearnos nuestra conducta frecuentemente. Yo, como maestra, compartía con ellos mis dudas: "¿He trabajado hoy en clase lo mejor que he podido hacerlo? ¿He tratado a mis alumnos con el mayor respeto que merecen?" ...
Asimismo, ellos podían compartir conmigo las suyas: "¿Me he comportado hoy en clase lo mejor que he podido? ¿He estudiado lo suficiente para este examen?...
Estas reflexiones nos llevaban a conclusiones importantes, como admirar a la gente que hacía bien su trabajo, a quien se esforzaba por superarse, a comprender que tenemos limitaciones que no deben inmovilizarnos...

Así que en eso estábamos juntos, intentando conseguir nuestros dos humildes objetivos, y desviándonos frecuentemente del camino principal para leer, ir al cine, jugar en el patio, perdernos en internet, visitar bibliotecas, dibujar árboles, desfilar después de ver una película, hacer teatro, jugar con la robótica, bailar, entrevistar, preguntar a los políticos de turno, hacerlos ir a clase, recibir a actores y directores de cine...  en fin, lo normal en 40 años de profesión, en lo que fue un maravilloso viaje juntos.


Pues ya ven, en todo esto me hizo pensar Brian Matters... y Mercedes, claro.

Si aún no lo han hecho, pueden ver el documental en youtube.
y firmar la petición, si les parece bien, aquí .