"PIES SOBRE LAS MESAS. YA NO BASTA CON REPETIR Y VOMITAR". JESÚS HERNÁNDEZ

lunes, 13 de agosto de 2012

Papel de las familias en el aula: plano integrado

¡Qué más quisiera yo que integrar correctamente a las familias en el aula! El plano integrado se me resiste... Son escurridizas estas dos instituciones: familia y escuela. Cuando crees que ya lo tienes, ¡zas, se te estropea la famosa integración sin saber por qué!
Quizá son demasiados años de convivencia que algunos identifican con echarse un pulso, otros con "a mí no me mires que yo no he sido", e incluso, y aunque no lo creáis,  los hay que abogan por "tú en tu parcela y yo en la mía".
Romper estos estereotipos es complicado: ha de haber mucha humildad por las dos partes, y empeño, y sincronía, no vaya a ser que yo ahora quiera y tú no.
Intentos loables ha habido. Yo os presento humildemente el mío (más por empeño que por loable), que como veréis muy buenos resultados no es que haya dado...


Las familias y las TIC.- Estamos en un contexto rural, las familias de mi clase no usan apenas las TIC. Que yo sepa, de mis 21 familias, ninguna de ellas tiene blog ni página web, sólo una usa las redes sociales y únicamente cinco utilizan el correo electrónico regularmente. Por lo tanto, trabajar con sus hijos las TIC es un tema que les coge más bien lejos.


Acciones que he llevado a cabo para la formación en tecnologías de mis familias:
- Descripción en la reunión colectiva de principios de curso de qué es un blog y cómo pueden dejar comentarios.
- Explicación de las posibilidades educativas de internet.
- Uso del correo electrónico para estar en contacto.
Resultados:
Se han implicado con distinta intensidad en el proyecto del blog de aula. Desde familias que no lo visitan habitualmente, a familias que han contribuido con:
  • Diseño de la cabecera actual del blog.
  • Comentarios y opiniones.
  • Diseño de intro con música y logo de "Blogmaníacos" para poner en nuestros vídeos.
  • Fotos propias enviadas por correo para ilustrar trabajos de clase.
  • Preguntas enviadas por correo, ante mi requerimiento, para el evento del 4 de septiembre en Madrid, sobre el tema Qué puede hacer la educación por el cine y el cine por la educación. y que serán expuestas en la primera mesa redonda que se establecerá al efecto.
Las familias y el cine.- Esta ha sido una buena contribución. Las he tenido siempre al lado para todo lo que he necesitado. Destaco la colaboración de entrevistadores con sus hijos al salir de los preestrenos.
Creo que se sintieron muy protagonistas cuando el actor Óscar Casas vino a clase. Sólo ellos, estaban invitados y ¡mucha gente hubiera querido estar allí!
Han contribuido también con valoraciones de las películas en el blog aportando su 3x1 (3 cosas que te han gustado y 1 que mejorarías).
Han traído material que necesitábamos, como el barril que veis en la imagen de arriba para hacer el desfile de la película La guerra de los botones.

Las familias y los robots.- Fue la primera vez que los padres venían a clase a ser grabados para explicar cómo habían hecho los robots con sus hijos. A algunos les costó mucho superar su miedo a hablar en público, pero los chicos estaban muy orgullosos de haberlos traído.

El contexto 1.0.- Ha habido de todo. Está lo tradicional: ¿cómo va mi hijo/a? 
Pero también: ¿por qué tantos deberes, qué se hace en clase?
Esa fue su manera de cuestionar lo que hasta ahora había sido incuestionable, que el trabajo en internet era bueno.
No he contestado a esa inquietud, porque no se me ha planteado directamente. Me lo ha dicho alguien a quien se lo había dicho alguien...pero creo que es un tema para tratar en la primera reunión del próximo curso.
Mi impresión es que los padres ven bien esto de las nuevas tecnologías en clase: el cine, la televisión, la prensa..., mientras sea algo tangencial, para distraer un poco a los chicos de la presión del trabajo académico. Creo que no consideran que sean enseñanzas en sí mismas. Y culpan a esos devaneos de la acumulación de trabajo para casa.
Los entiendo. Yo misma estoy haciendo exactamente eso. El grueso de mis clases está basado en los libros de texto, los proyectos son apéndices lúdicos para que mis alumnos y yo vengamos con ganas a la escuela. Que esto último es lo importante y lo otro lo accesorio, lo sé. Pero al igual que los padres, también sé lo que les espera cuando acaben la primaria, así que...

Los abuelos.- 
Tema aparte para tratar es el de los abuelos cuando acudieron al preestreno de la película Arrugas.
Se da la circunstancia de que algunos de mis blogmaníacos son hijos de antiguos alumnos míos. Por lo tanto, retomar el contacto con esa generación de antiguos padres de padres era una oportunidad que no podía perder. Trabajar con los padres ya lo había hecho, pero ¿con los abuelos?
Hay todo un largo camino por recorrer cuando se hacen las cosas por primera vez.: contactar con ellos a través de sus nietos, explicarles lo que se iba a hacer, convencerles de que podían leer el comunicado en el cine (hicimos una copia con letras bien grandes), de que valía la pena el esfuerzo a pesar de las dificultades de logística que se podían presentar...
Mucho antes se trabajó en clase cómo iba a desarrollarse todo. La ilusión de los nietos fue acompañada de una impecable organización. Se detectaba el cariño en clase, en el autobús, en el cine, en el llevarlos de la mano en todo momento por si tropezaban, en el acompañarlos al baño a mitad de la película, en las entrevistas que les hicieron. 

Les sacaron de casa por un tiempo, salieron en los periódicos...no creo que hayan hecho nunca nada parecido. Los comentarios al terminar la proyección eran antológicos; se vieron reflejados y quisieron contarlo. Si viene el autor del cómic que dio origen a la película, volveré a convocarlos a clase y viviremos emociones que sólo ellos saben transmitir a esta otra generación que, aunque sea difícil de creer (yo no lo creía), a su edad, todavía está pendiente de sus palabras y recoge sus enseñanzas con devoción. Creo que algo de eso notaron los abuelos en su sabiduría ancestral, que sus nietos los escuchaban y los consideraron merecedores de ser los protagonistas del día.
Es la primera vez que tenemos comentarios de abuelos en el blog, dejo uno de ellos:


Vicente (el abuelo de Beatriz) dijo...
Hola, soy el abuelito de Beatriz y aunque me haya costado un poco escribir en el ordenador de mi nieta os doy las gracias a los blogmaniacos y especialmente a Conchita y yo creo que os merecéis y más el comentario de Susana de la Sierra, así que todo esto se lo debéis a Conchita y una mujer llamada Doña Díriga Mercedes.
Son muy buen ejemplo para vosotras y mi nieta me ha hablado de ti Mercedes, bueno adiós, un saludo. 




Así que si repasáis un poco todo lo anterior, os daréis cuenta de lo difícil que es que todo esté integrado. Seguro que hay otras muchas maneras de intentarlo, yo he encontrado estas, pero seguiré buscando, porque cada curso es diferente (¡gracias a los dioses!), y los tiempos cambian que es una barbaridad, y yo estoy empeñada en que la escuela cambie también (si puede ser a un ritmo un poco más vivo).
Además, como dijo Einstein: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo", y "Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad"
Esa voluntad que vamos a suponer a todos los maestros, como a los soldados el valor. Y... a todas las familias, por supuesto.



sábado, 11 de agosto de 2012

Papel de las familias en el aula: plano real

Curso 2011-2012. Nuevos alumnos, nuevas familias...
Aún no sabía que estas últimas son, con diferencia, las que más me van a ayudar a sacar el curso adelante.
Repaso los temas que hemos trabajado en el blog y me sorprendo de la cantidad y variedad de los mismos ¡cuánto trabajo les he dado a esos pobres padres!
Ya en la reunión colectiva a principios de curso les planteo una forma de trabajar que ellos no conocen. Les explico qué es un blog (en nuestra comunidad escolar no se emplean apenas las TIC) y por qué considero importante usarlo como herramienta de aprendizaje. Enseño cómo dejar comentarios y la importancia que tiene que los hagan. Les pido un correo electrónico para comunicarme con ellos...todo ello en la PDI, nuevecita de este año; para impactar.
Intento explicarles lo de las nuevas tecnologías. Siempre pongo mapas interactivos, pasapalabras de matemáticas, actividades educativas de la NASA,...cualquier cosa que les haga entender que ya no se puede enseñar como cuando ellos eran pequeños.
Les hablo del cine, de su importancia en mi proyecto de trabajo para educar a sus hijos en emociones y valores. Aquí es donde comienzo a pedir su colaboración y noto que empiezan a creer que pueden jugar un papel importante en este curso.
Imagen de flickrcc
Poco tiempo después, al mes siguiente, debo hacer una nueva reunión. Tenemos la III Noche de Cine y Educación y verdaderamente los necesito. Escuchan atentamente mi explicación de los proyectos de cine de Tribu 2.0. Voy pidiendo voluntarios para leer parte del comunicado en el cine conmigo y con sus hijos,  para ayudarme a recibir a los invitados, darles las entradas y press books, y por último, para entrevistar a los espectadores al salir de la proyección. Se cubren los puestos enseguida, aceptan con entusiasmo. Es la primera vez en casi 30 años que debo hacer dos reuniones colectivas en un trimestre.
Todavía nos veremos las caras en grupo una vez más en noviembre. Les invito a venir a clase para poder hacer preguntas de tú a tú a la madre del actor Óscar Casas, que nos visita a raíz de haber acudido al preestreno de su película. La clase se me llena de ilusionados padres y madres que dialogan entre ellos y con la madre del artista. Viene la televisión, se vuelven a sentir protagonistas.
Durante el curso, aún participarán en otro preestreno, este nocturno, de la película Katmandú. Volví a reunirlos y volvieron a hacer de anfitriones, lectores, entrevistadores...con sus hijos.

Parece suficiente para un curso, ¿verdad? Yo diría que lo es, pero no terminó aquí la colaboración, ¡ni mucho menos!
Mis alumnos embarcaron a sus padres en el Proyecto Robots que llevábamos entre manos en el primer trimestre. La mayoría de las familias (a veces dos unidas) diseñaron su modelo y vinieron a explicar el proceso a clase, donde se les grabó para la posteridad. Hubo padres/madres que me confesaron que eso supuso para ellos un paso adelante en la superación de algunos de sus miedos (hablar en público, por ejemplo).
También han venido a ser grabados leyendo su libro preferido, dentro del Proyecto "Lee para mí", que resultó todo un éxito porque ninguna familia se quedó sin participar. Es la primera vez que, si no podía o quería leer el/la cabeza de familia, era sustituido por el hermano o el tío. Toda una experiencia generacional que nos enriqueció a todos.

Asimismo han colaborado abriendo su casa para que fuera grabada con ocasión de la visita del peluche de intercambio virtual. El "Proyecto Osito" les ha hecho hacer fotos o vídeos en casa con sus hijos para subirlos después al blog, cosa que yo he agradecido mucho por lo que tiene de generosidad mostrar tu modo de vida personal a los demás.


Y...en este panorama idílico surgen las inevitables nubes de tormenta. ¿Qué pasó para que se pusiera en duda la utilidad de semejantes actividades? ¿Por qué llegan a mis oídos quejas de los padres en el sentido de que pongo demasiados deberes para casa porque como dedico tanto tiempo al blog en clase no nos da tiempo?
Me pongo a reflexionar seriamente sobre ello. Puede que me haya podido la presión del curriculum, el final del curso se acerca y no hemos dado todos los temas. Es lo que tiene el querer abarcarlo todo, la educación formal y la informal, la presencial y la ubicua, la memorística (¡esos verbos, JJ!) y la líquida...
¿Por qué no te decides por una, Conchita? - me pregunta mi alter ego -, no puedes vivir intentando contentar a todos: innovando pero conservando, sacándolos del aula pero haciéndolos regresar al final del día otra vez, trabajando por proyectos y a la vez con libros de texto...
Y ahí es donde afronto el más grande de mis miedos: ¿Quién soy yo para llevarlos por un camino que tendrán que abandonar en cuanto dejen de estar conmigo? ¿De qué les servirá la innovación, la ubicuidad y la liquidez de sus aprendizajes si en el instituto volverán a lo memorístico, a los libros de texto, a los exámenes y a los controles de lectura? ¿Cómo les voy a dejar desarmados ante semejante panorama?
Así que desentraño con ellos los libros de texto, hago controles que los padres tengan que llevarse a la boca y  pongo deberes para casa (parece que tengo tendencia a pasarme, no lo olvido) para tener mi conciencia tranquila. Pero también... ¡navego con ellos por internet para completar y profundizar el dichoso curriculum, desarrollamos proyectos que nos llegan hondo (robots, lecturas, intercambio con Buenos Aires), hacemos vídeos y fotos en nuestro plan audiovisual, recibimos a actores, dibujantes y directores de cine, asistimos a estrenos de películas y ejercemos de anfitriones, nos dejamos fotografiar y entrevistar para periódicos y televisiones, ...en fin!
En esta doble vida me debato, 

y así me va a veces...

(Continuará...)

jueves, 9 de agosto de 2012

Papel de las familias en el aula: plano ideal

Nunca he tenido problemas con las familias de mi alumnado. He pensado siempre que perseguíamos lo mismo, y que por tanto, eran mis aliados y no mis enemigos. Esto que parece tan básico, en la práctica no siempre lo es. Es fácil de mantener cuando se guardan las distancias; si no hay roce, todo es  idílico. Este año he podido comprobar que el roce hace el cariño y a veces otras cosas, pero esto ya lo comentaré más adelante. 
Yo creo que el papel que deben tener las familias en el escenario educativo de mi aula debe ser algo más que venir de vez en cuando a preguntar cómo va su hijo/a en la hora de tutoría. 
Yo los necesito para algo más que eso. 
 Por ejemplo: 
 - Para intercambiar opiniones sobre la forma de ser de su vástago. ¡Cuántas sorpresas me he llevado al contrastar esa especie de doble vida que algunos alumnos llevan en casa y en clase! Que yo sepa cómo se desenvuelve en su ambiente familiar y que ellos sepan cómo lo hace en el escolar, es fundamental para encauzar conjuntamente esas inquietas personalidades.
- Para conocer las circunstancias familiares que rodean a los chicos, tan determinantes generalmente en su rendimiento escolar. 
- Para diseñar actuaciones conjuntas una vez compartido todo lo anterior. No queremos formar personas esquizofrénicas, ¿verdad?
Procedencia de la imagen

- Para no sentirme tan sola. Siempre he trabajado en escuelas de una sola línea; no había compañeros paralelos con los que programar, evaluar... Sólo de vez en cuando reuniones de ciclo, poco operativas porque cada uno piensa por cursos, ¡ah, esos compartimentos estancos en los que hemos dividido la enseñanza! Así que hablar con otros adultos que están interesados en el mismo tema que tú es bastante gratificante.
- Para que me ayuden en determinados momentos del curso, que se enriquecen sobremanera cuando ellos participan. 
- Para ofrecerles mi ayuda cuando su hijo me necesita. 
- Para que me den su opinión sobre algunos temas candentes en el aula.
- Para que aporten sus especialidades, esas cosas que saben hacer mejor que nadie y que yo quiero que muestren a los chicos.
- Para tener esa hermosa sensación de que estamos construyendo algo importante juntos. Ya saben: "para educar a un niño hace falta la tribu entera".

Los padres, en general, tienen una cierta prevención en hacer todas esas cosas; hay que llevar a cabo un arduo trabajo para conseguirlas. Desde preguntar con cuidado para no invadir su privacidad, hasta convocar reuniones colectivas, llamarlos por teléfono o escribirles un email cuando quieres conseguir una colaboración puntual.
Maestra, padre (antiguo alumno de maestra) e hijo en una colaboración puntual.

No sé si es porque creen que no van a salir airosos o por comodidad, supongo que de todo habrá. Así que toca a la maestra tirar del carro si le interesa el asunto, y yo he comprobado que el asunto es bien interesante. Hay una diferencia abismal entre mis clases sin participación familiar y con ella. 
Cuando empiezas en este trabajo no piensas más que en los alumnos. ¿Las familias? asustan, incordian. ¡Que no se metan en mis asuntos! ¿A los cirujanos les dicen sus pacientes cómo operar? ¿Por qué a mí me tienen que decir los padres cómo enseñar? 
¿Os suena?
Luego te das cuenta de que los necesitas y vas probando acercamientos, proponiendo colaboraciones, y ya no puedes pasar sin ellos. Es toda una historia de amor esta de las familias y los maestros, o debería serlo, en cualquier caso.

(Continuará...).