"PIES SOBRE LAS MESAS. YA NO BASTA CON REPETIR Y VOMITAR". JESÚS HERNÁNDEZ

miércoles, 7 de agosto de 2013

Cómo vendí mi alma al diablo para ir teniendo las dotaciones digitales, y mis motivaciones para hacer esos pactos demoníacos...

Cuando de adolescente leí el Fausto de Goethe, pensé que ¡cómo exageraban los escritores con tal de dar con un tema impactante! ¿Quién iba a querer dar su alma a cambio de la inmortalidad o de cualquier otra tentación semejante? Como siempre, me quedé en una lectura superficial, que no supe extrapolar a mis vivencias de entonces.
Es algo así como el to be or not to be de Hamlet, por el que han tenido que pasar varios años de mi vida para que comprendiera en toda su extensión.
Actualmente, os aseguro que uso esa frase a menudo con mis alumnos/as de primaria, ¡y lo entienden perfectamente!, no quiero que tarden años en comprender, como me pasó a mí.
Simplemente les digo cuando surge algún problema en clase o en su vida (que viene a ser lo mismo en estas edades), que la cuestión está ahí: ser lo que uno cree que tiene que ser, con todas sus consecuencias, o no ser y mirar hacia otro lado esperando que todo se arregle por si solo, o no, (¡a mí qué más me da!)
El compromiso, incluso a estas tempranas edades, me parece fundamental, y no necesito una clase de Ética o Educación para la Ciudadanía para transmitirles esto; algo con lo que yo, y todos los humanos, luchamos continuamente.

Estos prolegómenos pretenden que comprendáis la razón por la que haciendo oídos sordos de estas dos obras de arte de la literatura, y de las enseñanzas de mis santos padres, acabé "vendiendo mi alma al diablo" y "no siendo", todo a la vez, junto, mezclado y agitado (para escándalo de James Bond y sus martinis).
Quizá es porque vivimos en el país de los pícaros, quizá porque el que no llora no mama, pero el caso es que si no hubiera espabilado estaría aún con la tiza y la pizarra verde, y me hubiera muerto de aburrimiento, inanición, falta de oxígeno, falta de vida,...
Yo quería tener dotación digital, ¡vaya si la quería! Tenía el tiempo, las ganas, la ilusión, la experiencia, pero...¡no tenía el material para investigar en la web 2.0! (Vivo en la Comunidad Valenciana, no lo olvidemos).
Mi alumnado rural de la pública se iba a quedar, como siempre, fuera del partido, pero eso... ¿a quién le importaba? 
A la Administración, ni por asomo (¡Estos de la pública piden más que un fraile!); a las familias, tampoco (¡que enseñen como siempre, vamos a dejarnos de "experimentos" que luego pasa lo que pasa...! ¿?); a la sociedad, más bien le resbala (¡ya están los maestros echando la culpa a la falta de material, y con las vacaciones que tienen!...).
Así que, como siempre, la cuestión se reducía a mis alumnos/as y yo. Y ellos son menores, no pueden perpetrar contubernios, su inocencia debe quedar a salvo...
¡La maestra! ¿Quién si no?
Así que empiezo a mover hilos...
Pido al equipo directivo la dotación. Se me concede un ordenador que han retirado de secretaría, que es el que tengo todavía, desde el año 2008, cuando el pobre ya llevaba varios cursos de servicio administrativo. Aún funciona, si bien es verdad que con la ayuda inestimable del jefe de estudios, que acude a mis frecuentes llamadas de auxilio.
Nuestro viejo ordenador de clase

Como acabábamos de ganar un premio en Espiral, con él en la mano, me fui al Ayuntamiento para pedir un proyector para la clase. Se me dijo que lo estudiarían y así fue. Al cabo de unos meses, se nos instaló en el aula.
A continuación, me armo de valor y pido al SAI una dotación completa para Blogmaníacos, aduciendo nuestro nuevo premio al mejor blog de aula en el concurso de Espiral, y los objetivos que pretendo conseguir con ese material.
No os lo vais a creer, pero tardaron ¡tres años en contestarme! (yo, mientras tanto y periódicamente, les reiteraba la petición).
Así que, ¿qué más podía hacer? ... Pues introducirme en los circuitos ilegales. O sea, negociar con las editoriales. Tocaba cambiar los libros, llevábamos ya la pila de años con los mismos. Dentro de unos estándares de calidad, ¿qué más nos daba una editorial que otra? Bueno, sí que nos daba...nos inclinaríamos por la que mejor nos dotara, en el sentido literal de la palabra. Y hablé, y negocié, y exigí,...y me sentí mal, sucia, poco íntegra,...pero la pregunta importante era ¿perjudico a mis alumnos con esto? ¡No!, me contestaba. Tienen que comprar libros y no les van a servir los que les presten, porque digamos que... han prescrito por antigüedad aguda.
Así que me vendí al mejor postor, y conseguí un portátil para la clase (tampoco vayan a pensar que abrí una cuenta en Suiza...).
A los dos años, y por buen hacer de la comercial, se nos entregó un segundo portátil. Aquí doy cuenta de ello.
Uso y disfrute del segundo portátil en nuestra clase

Entretanto nos llegó la PDI del SAI, que es lo único que la Administración ha hecho por nosotros.

Ahora lucho, ¡y cómo! por introducir las tabletas en el aula. Me compré una de mi bolsillo para investigar sobre sus usos educativos. Sigo haciéndolo en verano. He movido cielo y tierra para conseguirlas. Pedí en claustro ¡UNA! para trabajar en clase. Se me negó aduciendo que mientras otras clases no tengan la dotación que tiene la mía no pueden comprarla.
El diablo me volvió a tentar. En este caso con una nueva editorial que prometía varias tablets. El problema era que al aprobarse la ley Wert tememos que cambien temarios y los libros no sirvan, con lo que las familias tendrían que comprar otros nuevos al año siguiente. Conseguí que no me cegara mi pasión por las tabletas, fue difícil, estuve tentada hasta el último día, pero no he cambiado los libros, las familias se los pueden seguir prestando, y yo...me quedo sin material para investigar...

Todavía tengo la ilusión, las ganas, la experiencia y mi tiempo, que he decidido regalar, para trabajar en el campo de la inclusión de los dispositivos móviles en el aula, pero....¡no tengo el material!
Y esta vez, el diablo ha perdido la partida...
Se me ha sugerido que visite las tiendas de los chinos, dicen que allí hay unas tablets bastante asequibles...¡es una opción!
¿Con el dinero de quién?...
...Pueden imaginarse la respuesta...

martes, 6 de agosto de 2013

¿Cómo me ves como investigadora?...Tal cual...sin trampa ni cartón...

Pues, señora mía, ante esta petición voy a explayarme, porque desde que usted apareció en mi vida, esto es un no parar, oiga, ¿para qué nos vamos a engañar?
Yo no recuerdo el año exacto, pero sí que su forma de trabajar en la red me enganchó irremediablemente y así... ¡hasta ahora!
¡Poco imaginaba yo que tendría, por culpa de usted, que analizar todo lo que hacía en clase, cual entomólogo a su insecto, dotándolo de una dimensión que ni sospechaba que existía!

Yo disfrutaba de mi trabajo sin más, como siempre he hecho (¡bienaventurados los que trabajan en lo que les gusta, porque de ellos es el reino de la tierra!). 

Pero, ¡hete aquí que Mercedes (es ella, se llama así, un nombre nada sospechoso, ¿verdad?) empieza con... 
... que el proceso es más importante que el resultado, y... ¡QUE SE LO CUENTE!
...que la evaluación es nuestra gran asignatura olvidada y debemos efectuarla metódicamente a todos los niveles, y... ¡QUE SE LO CUENTE! 
... que por qué no me pongo al frente de un cine invitando a un preestreno para educación a personalidades políticas, educativas, familias, y... ¡LO HAGO!
En nuestro primer preestreno en la ciudad de Alicante

... que si podría ir a moderar una mesa de cine y educación en la sede de Telefónica en Madrid, y...¡VOY!
 ... que estaría bien que impartiéramos al alimón un taller sobre la paz y lo audiovisual en la universidad de La Coruña, y... ¡VAYA SI LO IMPARTIMOS!

Imaginad por un momento el vuelco en la vida de esta pobre maestra de una escuela rural que nunca ha salido de su centro...
¿Que cualquiera lo puede conseguir si se lo propone?
¡NO! En mi caso hizo falta una Mercedes en mi vida. Nunca lo hubiera hecho sin ella.
Me faltaba distanciamiento.
Ella posee esa cualidad. Ve más allá de las pequeñas cosas que hacemos diariamente, ve su posible alcance para otras personas, ve cómo puede difundirlas, conoce los mecanismos de transmisión (muy, muy complicados a veces), y tiene la ilusión, la generosidad y las agallas para llevar todo eso a cabo, a cambio de nada, ¡como lo oyen!

Creo que por eso se fijó en mí para hacer su tesis doctoral. Su vertiente investigadora vio un filón en esta maestra de trayectoria más que previsible, que de golpe, descubrió que las tecnologías la podían ayudar a poner patas arriba su trabajo ya casi al final de su carrera. Ella vio la pasión a la que me entregué en esta tarea de zambullirme en la web 2.0. Yo sólo quería ofrecer algo mejor a mi alumnado, no ir a clase cada día como quien va al matadero, reinventarme para no oxidarme...
Y eso no hubiera tenido más trascendencia si ella no hubiera intervenido en el proceso. Lo amplió... 
¿Por qué no hacemos una tesis doctoral explicando tu cambio? ¿No crees que puede servirle a otras personas? ¿No crees que el país necesita motivación, ilusión, creer que el cambio es posible,...?
¿Estás dispuesta a ayudarme con algunas reflexiones en un blog (este) que abrirías al efecto?

Y yo, inconsciente de mí, consentí, y aquí me tienen, en vacaciones, intentando explicarles por qué no rechacé la oferta, con lo tranquilita que estaba yo, investigando mis cosas, mimando a mis alumnos/as,...

Que una tiene su ego y que no todos los días alguien se empeña en hacer una tesis doctoral de tu trabajo, pues sí, es una de las posibles explicaciones.
Que total una es de trabajar sin parar, y que como no voy a pasar a la historia por tener los suelos más limpios que mi vecina, mejor pergeñar estas reflexiones, es otra explicación plausible.
Que al final he acabado pensando que lo que hacemos puede servir a alguien en la misma situación (o distinta, ¡vaya usted a saber!), también ha influido lo suyo.

El caso es que siempre me sorprenden sus originales puntos de vista. Mercedes es de pensamiento alternativo. Su director de tesis ya la vio venir y le encargó que la hiciera en forma de historia de vida, nada de lo que se viene haciendo habitualmente.
Se emociona con los trabajos de los demás, ¡por Dios,si yo escasamente me emociono con los míos!!! Quiero decir que no tiene celos profesionales, admira sinceramente el trabajo ajeno.

Mercedes introduce ilusión en mi vida. También trabajo, no nos engañemos. Me ha pasado que a veces no he podido dormir pensando en cómo iba a enfocar las reflexiones que me pedía, no se vayan a creer... Una siempre teme no estar a la altura, no acertar en lo que se necesita, no comprender bien el alcance de lo que estamos haciendo y, por lo tanto, estropear los resultados...
Además, está el cansancio, trabajo mañana y tarde, suelo hacerle los escritos en los fines de semana, y a veces surgen problemas que me lo impiden...
Pero vale la pena. Ella siempre me dice: Escribe cuando estés tranquila, que la escritura fluya, que no te cueste trabajo, tienes que disfrutarlo. Si no es así, déjalo para otra ocasión, enjoy!
En nuestro primer encuentro en Torrevieja

La investigadora es ella. Ella es la que hace que las cuatro cosas que escribo cobren sentido y estén relacionadas con teorías pedagógicas que yo desconozco. Yo solo tengo unos años de experiencia, un amor muy grande por mi trabajo, que viene del respeto a mi alumnado, y una admiración sin límites por esta investigadora que enaltece mi trabajo con tanta comprensión hacia mí y mis circunstancias. 
Y esto último, lo entendemos las dos, y quizás también las mujeres que trabajan dentro y fuera de casa y a las que les ha resultado bien difícil que se les reconozca tanto esfuerzo.
Porque la plancha, la cocina, la lavadora, los hijos, el marido,...están siempre de telón de fondo en el devenir profesional de cualquier mujer, y obviar eso o usarlo en tu favor es un arte en el que, ahí sí, somos maestras.

¡A sus pies, señora investigadora!

domingo, 4 de agosto de 2013

Luces y sombras de las redes sociales

Nunca pensé que las redes sociales me atraparían como lo han hecho: "La sombra de su anzuelo es alargada"...
Leí hace tiempo en un libro de Stephen King (infumable, por otra parte) que el hombre es un animal fundamentalmente gregario. Yo, que soy más bien arisca en esto de las relaciones sociales, ¡mira por dónde, he caído en las redes de las redes de internet!

En esto, como en todo, hay algunas completamente inofensivas, como la blanca Facebook ("¡Gracias por compartir!, ¡Gracias por invitarme a este grupo! ¡Espero poder aportar algo de valor...!", bla, bla, bla...).


Otras, en alza y francamente interesantes...


Incluso hay algunas que prometen más de lo que ofrecen y a cuyo devenir habrá que estar atentos... (Scoop.itGoogle+, Linkedln,...).

Pero, dejemos ya de dar vueltas, vamos a la madrastra de todas ellas, a la cruel red social de... Twitter.


Tengo una relación especial de amor-odio con Twitter. Puede ser dulce y cariñosa como una madre, pero a la vez, cruel y traidora como una madrastra. Todos/as acudimos a ella para buscar información, ver qué se cuece en la enseñanza, qué es lo último que ha sucedido en el mundo, promocionar nuestro trabajo, y... lo conseguimos. Pero ¿a costa de qué? 
Yo os lo voy a decir...
A costa de que nadie nos haga caso, ni retuitee, ni le parezca interesante nada de lo que hacemos.
A costa de que los gurús y gurusas de turno nos ignoren olímpicamente (esto es lo más usual, sólo se hacen eco de los ungidos, que ya me gustaría a mí saber dónde te ungen así...).
A costa de que tu amigo/a del alma no te retuitee, lo que te deja un gusto un tanto amargo, a pesar de saber que puede que no lo haya visto, a pesar de saber que el mundo no gira alrededor de ti, a pesar de saber que puede que lo haya dejado para luego y se le acabó olvidando,...
A costa de que en los trabajos colaborativos, que tan de moda están, no se nombre nunca aquel en el que tú participas...
A costa de que nunca puedas entrar en ese reducido circuito de los privilegiados, cuya voz es escuchada con total devoción y/o sumisión.
A costa de que te sientas un/a paria, como tantas veces le he dicho a mi amigo JJ.

Y todo eso, ¡hay que ver lo mal que queda en ese entorno de patio de vecinos! Porque si Facebook es como una sucesión de pequeñas y elegantes habitaciones individuales, Twitter es el corral de comedias de Almagro (con perdón de ese Corral, que me enamoró cuando lo vi). Todo se oye, todo se ve, todo es de uso compartido, pero,...¡ay, al mismo tiempo cada uno tiene su lugar; no es lo mismo sentarse en los laterales, que en el patio de los Mosqueteros o en la cazuela!
Y esto es lo que yo reprocho a Twitter, porque ¿dónde se ha visto que una madre trate de forma distinta a según qué hijos/as?

Claro que siempre hay excepciones que nos alegran la vida...
- ...Ese amigo/a que te saluda en cuanto apareces y difunde lo que cuelgas.
- ...Ese conocido/a virtual con el que, sin saber la razón coincides en tantas cosas, y que te aporta otras muchas.
- ...Ese tuit de un desconocido que te lleva a descubrir maravillas que nunca habrías podido encontrar en otro sitio.
- ...Esa inmediatez y frescura que se respira en el ambiente.

...

Si no estás en Twitter, no eres nadie profesionalmente hablando. Si estás, a veces algunos/as consiguen que tengas esa misma sensación.
Yo creo que antes de Twitter era más feliz, pero claro, no estaba tan bien informada, no conocía a tanta gente, no recibía tanto a cambio,...
Es algo así como la vida antes y después de la invención de la televisión. Quizá ahora estemos más informados, pero desde luego antes tenían más tiempo para entretenerse disfrutando de según qué cosas... Ustedes ya me entienden...


sábado, 3 de agosto de 2013

"Evaluación, divino tesoro..."

Parece que en el tema de la tesis doctoral que Mercedes se trae entre manos estamos llegando al final. Por lo menos en lo que a nosotros respecta, a la 3ª promoción de Blogmaníacos y a mí.
Lo que tiene que hacer ella con todos los datos que le vamos proporcionando ya es cosa suya; seguro que lo hilvana todo con cohesión, coherencia y hermosas puntadas.
Yo vengo a hablar aquí hoy de mis impresiones cuando me planteó que, como colofón de estos dos cursos, mi alumnado, sus familias y mis compañeros/as de claustro evaluaran mi forma de trabajar. Ella elaboraría unos items que contestarían y le enviarían por correo ordinario o internet.
Lo de mis alumnos fue muy fácil (todo con ellos lo es). Se les pasó la encuesta y contestaron libremente. Se guardaron sus respuestas en un sobre, y se enviaron a Mercedes.
En el apartado de las familias tuvimos que cribar. Desgraciadamente, no todas han tenido igual seguimiento del trabajo en el blog, hubiera sido absurdo pasar la encuesta a las que poco conocen de nuestra actividad en internet. Así pues, elegimos las que creímos más representativas, se les envió el cuestionario por correo electrónico y así le fue devuelto a Mercedes.

Lo más complicado fue tratar con mis compañeros...
Lo primero que pensé es que no lo plantearía en claustro. Soy tímida, preferí pedirlo individualmente. Si algo así se pide en claustro parece prepotencia, la gente se puede molestar: ¿Por qué su trabajo es objeto de estudio? ¿A final de curso estos trabajos extra?
Así que en petit comité o uno a uno, fui pidiendo lo que tenía que pedir. Con bastante sonrojo pedagógico, por las razones arriba expuestas.
Tenía mis dudas: ¿Dirán lo que realmente piensan? ¿Cuántos contestarán?
Nos llevamos la sorpresa inicial de que la mayoría prefería enviarlos por correo ordinario, nada de correo electrónico. Así que iban dejando los cuestionarios que les imprimimos, en sobres cerrados (podían ser anónimos) en la mesa de la directora, que los mandó luego todos juntos.
Sólo algunos contestaron por email, y no todos los que lo prometieron, por supuesto. Por olvido, agobio de trabajo de final de curso, o por otras razones, ha habido compañeros que no lo han rellenado. Mercedes dice que el porcentaje de los que han contestado es alto, pero yo no puedo menos que entristecerme por la falta de esos cuestionarios.
Quizá sea un simple olvido sin más importancia, tengo tendencia a pensar que todo tiene que ver conmigo, y a veces, las cosas son así de simples, se les ha olvidado y ya está.
Pero yo le doy vueltas...¿Qué parte de culpa tengo yo en eso? ¿He estado yo poco atenta a las peticiones que ellos/as me han hecho? ¿Hay algo en mí y en mi trabajo que le es antipático a la gente?
He leído a veces sobre eso en las redes sociales, algo así como que el trabajo innovador provoca ampollas en el resto del claustro. Es una frase muy pedante porque la escribimos los que nos creemos innovadores. Lo cierto es que nadie está libre de los celos profesionales. Yo misma me he encontrado en esa situación más de una vez; me hubiera gustado que ese trabajo que ha hecho la compañera de primero, por ejemplo, se me hubiera ocurrido a mí. Pero claro, nadie en mi centro usa internet para difundir sus actividades, la difusión que tiene el mío no es la del resto del claustro. Este Gran Hermano que es internet lo magnifica todo.

Alguna compañera señala que debería exponer mis trabajos al claustro y no llevarlos tan en secreto (¿en secreto estando en internet??). Mi visión es totalmente la contraria, no hablo mucho de ellos para que no piensen que creo que lo que hago es mejor que lo que hacen los demás... Ellos/as, por otra parte, no exponen tampoco los suyos a debate público...
Así que... la pescadilla se muerde la cola...

MIS DUDAS EXISTENCIALES...
(Imagen procedente de Flickrcc)
Por otro lado, pocas veces me preguntan por mi trabajo, pocas veces visitan el blog, pocas veces dejan algún comentario...Seguramente no tienen tiempo, con sus propios proyectos tienen bastante...¿no es acaso un poco lo que hago yo, lo que hacemos todos?

Al final, me queda por encima de todo lo demás esta sensación que acabo de describir: ¿creerán mis compañeros/as que adopto esta postura por orgullo?
¿Creerán que me lo guardo todo para que nadie me copie?
Y la gran pregunta final es ¿no podrían preguntar ellos lo que fuera de su interés?
¡Ay, qué complicado es todo!