"PIES SOBRE LAS MESAS. YA NO BASTA CON REPETIR Y VOMITAR". JESÚS HERNÁNDEZ

domingo, 4 de agosto de 2013

Luces y sombras de las redes sociales

Nunca pensé que las redes sociales me atraparían como lo han hecho: "La sombra de su anzuelo es alargada"...
Leí hace tiempo en un libro de Stephen King (infumable, por otra parte) que el hombre es un animal fundamentalmente gregario. Yo, que soy más bien arisca en esto de las relaciones sociales, ¡mira por dónde, he caído en las redes de las redes de internet!

En esto, como en todo, hay algunas completamente inofensivas, como la blanca Facebook ("¡Gracias por compartir!, ¡Gracias por invitarme a este grupo! ¡Espero poder aportar algo de valor...!", bla, bla, bla...).


Otras, en alza y francamente interesantes...


Incluso hay algunas que prometen más de lo que ofrecen y a cuyo devenir habrá que estar atentos... (Scoop.itGoogle+, Linkedln,...).

Pero, dejemos ya de dar vueltas, vamos a la madrastra de todas ellas, a la cruel red social de... Twitter.


Tengo una relación especial de amor-odio con Twitter. Puede ser dulce y cariñosa como una madre, pero a la vez, cruel y traidora como una madrastra. Todos/as acudimos a ella para buscar información, ver qué se cuece en la enseñanza, qué es lo último que ha sucedido en el mundo, promocionar nuestro trabajo, y... lo conseguimos. Pero ¿a costa de qué? 
Yo os lo voy a decir...
A costa de que nadie nos haga caso, ni retuitee, ni le parezca interesante nada de lo que hacemos.
A costa de que los gurús y gurusas de turno nos ignoren olímpicamente (esto es lo más usual, sólo se hacen eco de los ungidos, que ya me gustaría a mí saber dónde te ungen así...).
A costa de que tu amigo/a del alma no te retuitee, lo que te deja un gusto un tanto amargo, a pesar de saber que puede que no lo haya visto, a pesar de saber que el mundo no gira alrededor de ti, a pesar de saber que puede que lo haya dejado para luego y se le acabó olvidando,...
A costa de que en los trabajos colaborativos, que tan de moda están, no se nombre nunca aquel en el que tú participas...
A costa de que nunca puedas entrar en ese reducido circuito de los privilegiados, cuya voz es escuchada con total devoción y/o sumisión.
A costa de que te sientas un/a paria, como tantas veces le he dicho a mi amigo JJ.

Y todo eso, ¡hay que ver lo mal que queda en ese entorno de patio de vecinos! Porque si Facebook es como una sucesión de pequeñas y elegantes habitaciones individuales, Twitter es el corral de comedias de Almagro (con perdón de ese Corral, que me enamoró cuando lo vi). Todo se oye, todo se ve, todo es de uso compartido, pero,...¡ay, al mismo tiempo cada uno tiene su lugar; no es lo mismo sentarse en los laterales, que en el patio de los Mosqueteros o en la cazuela!
Y esto es lo que yo reprocho a Twitter, porque ¿dónde se ha visto que una madre trate de forma distinta a según qué hijos/as?

Claro que siempre hay excepciones que nos alegran la vida...
- ...Ese amigo/a que te saluda en cuanto apareces y difunde lo que cuelgas.
- ...Ese conocido/a virtual con el que, sin saber la razón coincides en tantas cosas, y que te aporta otras muchas.
- ...Ese tuit de un desconocido que te lleva a descubrir maravillas que nunca habrías podido encontrar en otro sitio.
- ...Esa inmediatez y frescura que se respira en el ambiente.

...

Si no estás en Twitter, no eres nadie profesionalmente hablando. Si estás, a veces algunos/as consiguen que tengas esa misma sensación.
Yo creo que antes de Twitter era más feliz, pero claro, no estaba tan bien informada, no conocía a tanta gente, no recibía tanto a cambio,...
Es algo así como la vida antes y después de la invención de la televisión. Quizá ahora estemos más informados, pero desde luego antes tenían más tiempo para entretenerse disfrutando de según qué cosas... Ustedes ya me entienden...


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